Me gusta
ver en su escote esa puntilla que asoma queriendo beber el aire.
Me agrada
el aroma de sus manos, pues sé que de violetas hoy las ha vestido.
Me alegra
su risa, su carcajada, pues a veces al recordarla, música es para mis sentidos.
Me atraen
sus ojos, que a veces son pardos y otras verdes, pues con una mirada me cuenta
un cuento y con dos una patraña.
Me
interesan sus palabras, su palabra, pues una vez me la dio y entonces hicimos
un nido blindado con todas ellas.
Me
cautiva su pelo y sus rizos livianos, pues de noche me rozan la frente y
acarician mis sueños para que sean hermosos.
Me
hechiza su voz por diferente, pues susurra a veces en mi oído canciones que son
de amor y verbos que son de sueños.
Me
complace su armonía al moverse, al tocar, al caminar... pues el aire lo corta
en mil pedazos y lo vuelve sutil, liviano.
Y me
entusiasma su vida y la vida que regala, que reparte, pues es dadivosa y dulce
y no escatima ni recorta.
Ella es así:... Así es Ella
Nos vemos y nos leemos pronto
miércoles, 16 de marzo de 2016
domingo, 6 de marzo de 2016
Hoy...
¡Hoy le he puesto un lazo al día y me lo he dedicado!. Hoy nada ha salido como esperaba, y por eso lo he vestido de nuevo. Pues aunque sé que amaneció domingo su aroma era de viernes. Olía a un viernes de esos que se escriben con uve mayúscula y que salen con los labios pintados. Un día que nació azul. Que se miró al espejo con ojos de gacela y sonreía a las horas que le estaban esperando. Hoy le he puesto un lazo al día. Pero no uno cualquiera. He escogido el más brillante, el más dorado, el más precioso de la caja de los lazos para los nefastos días. Y lo he atado con delicadeza, pensando en sus marrones horas, y también en los grises ratos. Y me ha quedado bonito... Perfecto, como si fuera de cumpleaños. Y me lo he regalado, pues parece que me lo merezco. Yo lo pedí diferente... azul sí, pero no marino. Tranquilo, pero no aburrido. Amable, pero no mudo...
Hoy le he puesto un lazo al día para disfrazar la pena que me da el no verte. Y es que hay ratos que te noto transparente, ausente. Y para acallar la fuerza que brota de la palabra no dicha de la que nace callada, me he dedicado el día. Así como si en el ruedo me dieran un gran trofeo, y me sacaran a hombros, por valiente, por torera.
¡Qué día más raro!, y que largo... Parece que no se acaba... Está torpe, quejumbroso, amargo y también moroso. Se me atragantan sus ratos y también sus horas... se está poniendo pesado, pero sigue erre que erre queriendo ser diferente...
¡Hoy le he puesto un lazo al día, y me lo he dedicado!... ¿O tal vez, me lo han brindado?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)