AHORA SON HADAS NUEVAS
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Gerona... un verano |
Apenas tenía seis años cuando conoció a las
hadas. Las encontró en una bengalita fina que su padre le encendió en su
cumpleaños. Luego aparecerían en sus sueños los gnomos, los brujos sabios y las
brujas malas. Después las princesas vestidas de rosa, las arropadas con
batistas, también las sirenas y los príncipes caballeros y galantes. Todos
ellos la visitaban a menudo y eran los protagonistas de sus juegos, de sus
aventuras. Y si hoy era princesa mañana era la reina del reino encantado donde
todos estaban presos. Y cuando no había tiempo era ese conejo blanco que
tenía mucha prisa corriendo delante de Alicia. Y por la noche Peter Pam la
visitaba y la llevaba en volandas a esa tierra donde no se cumplen años, y
volvía de madrugada muy cansada. Todas sus
aventuras las realizaba en secreto pues decía que si las contaba nunca más volvería
a vivirlas. Así nunca supimos que charlaba por la noche con el Ratoncito Pérez,
ni que escribía largas cartas en papel mojado a Ariel, La Sirenita. Tampoco
supimos nunca que llamaba por teléfono al Hada Azul de la Bella Durmiente, para
pedirle consejo de cómo vestir a su muñeca; o como cantaba a coro con
Caperucita: "¿quién teme al lobo feroz?"... Sus aventuras eran un
enigma, una interrogación cerrada en nuestras vidas. Yo solo le preguntaba que
donde estaba toda esa gente: - ¡que yo nunca la veía!. Y ella siempre contestaba: -
si cierras los ojos fuerte, veras muchas, muchas chispitas, esas son todas las
hadas, y con ellas vienen todos mis amigos.
Ayer fue un día de vuelta, de reencuentros,
de cosas nuevas... y ella estrenaba años y etapa nueva en su vida. Apenas tiene
doce años y debuta en secundaria. Iba guapa y presumida, rodeada de amigas
que gritaban al encontrarse de nuevo. Con sonrisas, con risas, contándose
cuentosycuentas y aventuras de verano. Fue un día largo, lleno de preguntas sin
respuestas, de desajustes. Lleno de sorpresas aburridas y de agobios
inesperados... Cuando regreso a casa, me miraba... y no hablaba. Yo la
presentía perdida, pero me decía que estaba bien... que todo iba bien... que el
"Insti" era genial.
Después de cenar, acurrucada junto a mí en el
sofá, le dije: - cierra los ojos muy fuerte, verás muchas, muchas chispitas...
todas ellas son hadas… Ahora son hadas nuevas, ¡Y todas vienen a verte!
Nos vemos y nos leemos pronto
No hace falta tener una edad concreta para ver esas chispitas.
ResponderEliminarTodos tenemos nuestras hadas que vienen a vernos, y nos protegen, y nos cuidan, y nos guían por el camino.
Igual no todos las ven, yo si.
Un beso amiga Oles.
Así es, todos tenemos nuestras hadas. Y si ademas las ves, eres un ser muy afortunado. Un beso
EliminarSabes? De vez en cuando, y sin importar la edad como dice Rojo, todos necesitamos a nuestras hadas, esas que dan ilusión, esperanza y magia a nuestras vidas, y que nos hacen vivir cada día, cada minuto, como si fuera el único, y nos ayudan a mirarnos al espejo y a seguir adelante.
ResponderEliminarGracias
Todas esas hadas están contigo, yo lo sé!. Y todas te ayudan y me ayudan a seguir adelante con la mejor de las sonrisas. Un beso y gracias a ti por estar ahí
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