miércoles, 3 de julio de 2013

UN TRES DE JULIO




Las horquillas ya estaban colocadas… sujetaban un moño que yo nunca hubiera elegido para mí, pero que me sentaba realmente bien. Las flores, totalmente blancas, estaban dispuestas de tal forma que  marcaban un antes y un después en esa raya interminable que dividía mi pelo en dos partes totalmente simétricas.  De esta forma mis ojos grandes, parecían aun  mas grandes; y mis labios, pequeños, se veían bonitos en el centro de mi cara. Un poco de maquillaje… poco, muy poco. Colorete en tonos melocotón… y brillito en los labios, mucho brillito, que pareciera que me había comido un bote de mermelada transparente. Ah! Y los ojos con un leve tono ahumado tirando a gris gato, y además un poquito de máscara de pestañas,” solo un poquito”, decía la maquilladora, “es tan joven”. Y es verdad que era muy joven, apenas 22 años. Y allí estaba yo, con mis 22 años dejándome hacer. Dejando que me disfrazaran de novia Maravillosa, de novia Linda, de novia Inocente, de novia Feliz, de novia que todo lo Estrenaba…
Antes de todo esto, había pasado por la liturgia del arreglo del cuerpo, es decir, baños de vapor, para que los poros se abrieran. A continuación baño en agua helada para que los  poros se cerraran, (que no entendía yo, tanto abrir y cerrar de poros). Baño en aceites esenciales, con masaje incluido… y a continuación las cremas: que si las hidratantes, que si las nutritivas, que si las tensoras… las reafirmantes, las revitalizantes… En fin que yo llegue a pensar que Él no me iba a reconocer. Que a base de tantas cremas, iba a parecer una niña de 12 años. Ah!, y se me olvidaba, “la rutina básica” (Por favor, esto leedlo con acento Bonaerense):” beber agua, mucha agua, descansar, hacer ejercicio físico, evitar el sigarrillo y la exposición solar, y llevar una dieta BALANSEADA”. Así lo contaba mi preparadora de Enlace, Julia Claudia. Así se llamaba la susodicha, y a partir de ahora, si ustedes me lo permiten,  me referiré a ella con las siglas sin puntos: JC, pues su nombre, como su persona fueron muyyyyy largossss y tediososss, o por lo menos a mí me lo parecieron en esa época.
Ya estaba todo mi cuerpo arregladito, muy arregladito. Aunque la verdad, con 22 años no había que esmerarse mucho, ya que a esa edad, la juventud está en cada sonrisa, en cada mirada, en cada golpe de melena para presumir… esta en Ti, y va Contigo. Y por eso cuento que el mérito era más bien de mis genes y de mi juventud.
Y ahora el VESTIDO… Alucinante vestido, que me trajo por la calle de la Amargura durante casi un año:
-Que yo me caso de corto…
-Como?... tú te casas de Largo y como Dios manda
-Que me quiero casar de rojo, que es mi color preferido
-Queeeee?... tú te casas de Blanco, como Dios manda
-Que yo no quiero velo que a Él no le gusta
-Que has dicho?... Y quien es Él para opinar aquí, te casas con velo, como Dios manda
-Que no quiero volantes…
-Que con Volantes…
-Que no quiero ni puntillas de valencié… ni de chantilly…
-Que llevarás Valencié y Chantilly
-Que no quiero ni rasos ni organzas…
-Con  Rasos y Organzas… Así será.
Y así paso, que cuando el vestido estuvo terminado era el Taj Mahal en tela de raso, las cataratas Victoria en tela de organza y nada tenía que envidiarle mi vestido, en calados, al  Rosetón de la catedral de León. Era espectacular, y no me refiero a que era maravilloso, solo era eso, ESPECTACULAR. Y a mí se me veía chiquitita dentro del vestidito. Mi madre lo eligió, pensando supongo, que iba  a ser el mejor vestido de novia de la historia. Por eso lo acepte, porque ella lo eligió para MÍ, para su “preciosa hija”, como ella decía. Pero nunca me llegó a gustar.
Y me puse el vestido, el divino, maravilloso, lindo y magnífico vestido. Y yo mirándome en aquel enorme espejo, me veía bajita, gordita y sobre todo chiquitita dentro del dichoso vestido.
Y me pusieron todos los alfileres. Me abrocharon todos los botones (pobre de Él cuando tuvo que desabrocharlos!!!). Me rociaron con todos los perfumes. Me perfilaron todos los perfiles. Me besaron todas y todos los titos y titas. Me gritaron y cantaron los primos y las primas. Me lloraron de emoción mis Abuelas. (ellos, mis Abuelos, no estaban ya conmigo, pero sí que estaban). Y me arreglaban y arreglaban, y me colocaban por aquí y por allá… Unos traían “lo viejo”. Otros me regalaron “lo nuevo”, y mis hermanas, como nadie traía “lo azul”, cortaron unos lazos de un viejo camisón, y me los metieron dentro del corsé. Y yo… yo solo repetía: ¿Y el ramo?, ¿Alguien sabe dónde está el ramo?... Y nadie contestaba. Todo seguía su curso.
Muchos nervios, mucha gente, mucha emoción, pero yo no tenía ramo… Y me temía lo peor, porque el ramo era lo único que yo había elegido. Después de muchas discusiones, de muchas aclaraciones, de muchas divagaciones, pude convencer a mi madre para que me dejara elegir mi ramo de novia. Y aceptó, pero tenía que elegirlo en la floristería que ella había dispuesto para tal motivo.
Y allí fuimos Él y yo y nos encontramos con la florista mas “divina” de las floristas terrenales, pues en el cielo seguro que las hay mejores, pero aquí en este mundo, os aseguro que no. – “Porque, OSEAAAA, las ROOOSAAAASSSS Chantillyyy  son las que debe llevar una nOOOviAAAA”.- Déjate de vulgaridades… las petunias, las gardenias, las calas, las peonias, las orquídeas… Toooodasssss , tOOOOdaaaas VulgareeeeeeSSSS!!!. Las novias como tú deben llevar RooOOOSAAAAAASSSS de CHantilllYYYY, OSEA: rosas de chantilly!!!
De todas las flores que nombró yo apenas conocía la mitad, y no hablemos del nombre de cada una de ellas. Yo solo quería un simple ramo precioso de MARGARITAAAASSSS. Si de esas flores con las que dices desojándolas: “me quiere… no me quiere…”, de esas que tienen el centro amarillo y los pétalos blancos, y con su rabito verde, para poder sujetarlas perfectamente cuando me dirigiera al altar. Yo quería que mi ramo fuera un poco como yo, “sencillo y normal”, que supiera cómo se llamaban las flores que llevaba y que supiera cual era su aspecto. Pero Doña Divina, insistía e insistía en sus flores maravillosas, y denostaba cualquiera de mis propuestas… Así, que encargue un ramo de flores de nombre raro y francés, carisiiiiimooooo, que tenía que venir del mismísimo Paris.
Me lo llevarían a casa el día del enlace.
Cuando salimos de la floristería, Él, me miro preocupado y me dijo: ¿por qué has elegido un ramo que no te gustaba? – Y yo que sé, le contesté. Doña Divina estaba muy pesada con las rosas, y ya me estaba aburriendo con tanto OOOOSssseeeaaaa… Y que más da, yo solo quiero estar contigo, que más dan las rosas que las margaritas… “
Pero el día del enlace estaba allí y el dichoso ramo no llegaba. Ya se había pasado la hora de salida para la iglesia cuando de pronto una estupenda voz, una voz cristalina y melodiosa… con un acento de tango antiguo subía las escaleras gritando: ¡CHAA EXTAH!... ¡CHAA VFINOOO!... ¡CHEEEGOOO POR FIN!... ¡MENOS MAL QUE ES DIVINO EL JODÍO!... Lo que se ha hecho esperar. Creía que no chegaría nunca!... Grasiasss al sielo que vino si no vuestrra madrrrre la cargaba conmigo… y es que hubo una confusión, y lo chevfaron a otro lugar… pero cha está aquí por FINNNNN.
Era JCsinpuntos… y a mí me dejo sentada y sin habla al borde de mi cama, casi al filo de las lágrimas… pues allí, delante de mí estaba el RAMO de novia, el de las maravillosas rosas. Y la verdad que no era feo, pero no era el ramo que yo hubiera preparado para mi boda…“PARATEEEE, MIJAAAA, que no chegamosssss, que se nos hiso tarde por culpa del ramitoooo de marras”, gritaba JC…
Me levante lentamente, (que no me paré, que aquí nos levantamos), y me dispuse a bajar los escalones que separaban mi habitación del salón; y allí, sonriente estaba mi padre, mirándome como sí nunca me hubiera visto, orgulloso y emocionado. Y él, con su emoción y su admiración, me devolvió la sonrisa. Sonrisa me que duró toda la tarde y toda la noche y que rehago cada vez que recuerdo ese momento.
Y de la mano fuimos hasta ese coche, adornado para la ocasión, que nos llevo al lugar del enlace. Allí, sonriente y nervioso, estaba Él. Porque Él me espero y me beso cuando me baje del coche. Que no me aguardó en el altar, por que ni Él ni yo, sabíamos el protocolo, y por lo tanto nos saludamos como cualquier tarde que quedábamos para salir. -¿Cómo estás Cora?..., pues ya ves, nervioso esperándote. ¿Vamos?- me preguntó, - si, vamos…
Y eso fue todo, de lo demás apenas si me acuerdo. Nos hablaba el cura, tosía la gente, lloraba algún niño, me sonreían mis tíos, mi abuela lloraba… en fin lo normal que ocurre en las bodas. Pero el momento que sí recuerdo fue el de los votos… el cura preguntaba a Él:
-Y tú Él nosequé y nosecuantos quieres a ELLA Por esposa… para lo bueno y…
El cura no pudo seguir con toda la liturgia pertinente, pues Él lo calló y dijo: YO SI QUE QUIERO… y seguro que ELLA también. Y en ese momento yo dije: SI, YO TAMBIÉN QUIERO. Y esos fueron nuestros votos, pues el cura reía sin parar y los asistentes lo hacían igualmente.
Y terminó la ceremonia con arroz, con confetis, con besos, con enhorabuenas… Y felices.

Nos vemos y nos leemos pronto.



16 comentarios:

  1. Gracias, no te puedo decir mucho más. Un beso, también.

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    1. Gracias a ti princesa, por pasarte un ratito por aquí, y leer esto tan largoooooo! Un beso lindo de jueves

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  2. Que bien!
    Otra ocasión más para decir mi frase favorita:
    Vivan los novios!

    Y la superfavorita:
    Viva la novia!!!

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    1. Gracias José... Si que es una frase bonita. Que vivan mucho tiempo mas!!!.
      Te mando un beso lindo de jueves

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  3. felicidades Oles!! para los dos!
    Hoy es como un milagro celebrar taaaantos años juntos!
    Mi 3 de julio particular fue hace 27 años...media vida creciendo a la vez!
    Qué pesadilla JC!!!
    vivan las margaritas y tú,
    besos

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    1. Marta, nos queremos hace 35...y ayer celebramos los 31. Mucho tiempo juntos!. Verdad que las margaritas son preciosas?. Gracias guapa. Vivan las niñas descalzas también! Un beso de jueves lindo.

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  4. felicitaciones!!! ^^

    y q más da el ramo en ese momento? a cambio de un día de paciencia absoluta por complacer a los demás tienes la vida entera para coger margaritas llenas de pétalos de mequiere!!! :*



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    1. Muchos años recogiendo margaritas con pétalos Mequiere... Toda una vida. Ahora ya no me gustan las margaritas, me encantan! pero ya no las desnudo, no me hace falta, sé que me quiere. Te mando, desde el sur, un beso lindo y caluroso de jueves.

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  5. ¡Jopeta, 31 años! Como pasa el tiempo...yo recuerdo aquello con mucha solemnidad en casa y mucha algarabía después de la ceremonia, porque de lo demás nada de nada, quizás fueron los gin-tonics...cortos de tonics. ¡Y mi primera disco de cientos! Eso sí, abrazado de la cintura de Gloria, parapetado en su insultante belleza y su sonrisa perenne.
    ¡Qué años Dios mío!
    Felicidades a los dos.
    Mikuman

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    1. Si apenas tenías catorce años!!!, como te vas a acordar... o quizás fueron los tonics!!!. Entonces eras mas bajo que yo, y mas rubio... que chicooooo! Pero todo eso pasó ayer mismo, hace solo un ratito. Un beso caluroso y lindo de jueves.

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  6. ¿Y yo porque no conocía la mitad de la historia? ¿Y a JC? Pues sí que te trajo de cabeza la de las flores y la awela y el bodorrio en sí.
    Menos mal que estaba ÉL tan apuesto y tan blanquito.

    Que sean muuuuchos años más y yo lo vea y lo disfrute!
    Besos de jueves amorosos.

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    1. Menos mal que estaba Él!!!, siempre está Él. Y luego viniste Tú, LoMejor. Un beso caluroso y amoroso de jueves.

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  7. ¡Enhorabuena por tantos años de felicidad! qué jovencita, con 22 años, pero así disfrutasteis más años de matrimonio...a esa edad la piel está genial así que con tanta crema hidratante, nutritiva, eras como Cleopatra, jeje...
    Un beso y ¡Vivan los novios!!!

    http://quedateenminube.blogspot.com.es/

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    1. Gracias Nin, la verdad es que solo falto el baño de leche de burra como hacía Cleopatra, jajajajaja. Gracias por visitarme, un placer tenerte por aquí. Un beso lindo de jueves.

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  8. Muchas Felicidades amiga!!!. Yo puedo sentir el orgullo de compartir aquel maravilloso día contigo, a tu lado,a vuestro lado. Una pareja como vosotros os mereciais ser tan felices como lo sois ahora. Me alegro amiga de vuestra felicidad, y de haber vivido contigo tantas cosas. !QUE SARTENES !

    UN BESO FUERTE.

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    1. ¡QUE SARTENES, GLORIA!. Gracias guapa, yo me felicito a mi misma por haberte tenido en mi vida en todos aquellos momentos. Gracias por todas aquellas risas, aquellos secretos, aquellas complicidades. Y gracias por los momentos que me regalas ahora, después de tanto tiempo. Un beso de viernes esperado y caluroso.

      Espero y deseo que todo esté un poquito mejor.

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Gracias por tu tiempo

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