Corría por la calle, sin
edad para hacerlo pero corría. Si no se daba prisa no llegaría a
tiempo a la parada del autobús, y éste ya había asomado su cara
roja en lo alto de la calle; por eso corría, no quería llegar tarde
a su cita. Era una cita con poca importancia, bueno, con toda la que
se le quiera dar a una cita con su peluquera. Llegó a tiempo y el
vehículo arrancó rumbo al centro. Apenas había recorrido unos
metros, cuando una chica llamó a sus puertas abatibles, aprovechando
que el autobús aún no había salido de la parada. Con la chica un
carrito de bebe, con su bebe a bordo, claro. Era una mujer joven,
morena, pelo largo, sonrisa perfecta y ojos oscuros como su pelo.
Era, una chica guapa. Su bebe una niña de mas o menos un año, con
rizos que le caían en la frente y una futura sonrisa de anuncios de
potitos. La mamá, la morena, pago su billete y se dirigió a la zona
reservada para los carritos de bebe.Sacó su
móvil y se dispuso a escribir en él. En la siguiente parada un par
de chicos jóvenes subieron al autobús. Uno de ellos, con los
pantalones demasiado caídos para realizar la maniobra de subir al
vehículo, maldijo al inventor del escalón. La gente se rió de la
machada y el conductor arrancó sin hacerle mucho caso. Se sentaron
frente a la Señoraquecorría, sacaron sus móviles y se
dispusieron a escribir. La siguiente parada estaba muy concurrida,
montaron al autobús: jóvenes de instituto, jubilados con
progresivas, amas de casa con canas, un cura y dos chicasmonas con
uñasmonas. De todos los mencionados anteriormente, mas del treinta
por ciento sacaron sus móviles y se pusieron a escribir. En la
siguiente parada nadie subió al autobús, y aunque el conductor
abrió, amablemente las puertas para que la gente bajase, nadie bajó.
Pero de pronto, Morena comenzó a gritar: ¡ábrame!, ¡ábrame!, que
me bajo aquí... el conductor resignado paró de nuevo; ella se
disculpó, y dijo: ¡perdón no me había dado cuenta, estaba con el
guasaa!.
La siguiente parada ya estaba muy cercana al centro. En ella
se subieron otras dos chicasmonas y un viudo. Esto se sabía por el
fajín negro que llevaba en la manga de su chaqueta. De las tres
personas que subieron al vehículo, cuándo este arrancó, dos
sacaron sus móviles y se dispusieron a escribir. El autobús ya
estaba lleno, pero paradógicamente en silencio. Solo se oían suaves
tíntineos que realizaban los móviles de vez en cuando. Los dueños
de esos móviles dibujaban sonrisas sin pudor y a
veces reían, también, sin pudor.
La Señoraquecorría miraba al
infinito sin ver lo que tenía delante, solo estaba pendiente de los
movimientos que realizaban los que manipulabansus móviles.
Miraba, con asombro, la velocidad con la que se pueden mover los
pulgares a la hora de escribir en en móvil. Y el autobús en
silencio. Un semáforo, dos semáforos... y la parada final, la
parada del centro. La Señoraquecorría bajó veloz del autobús,
quería comprobar que la gente de la calle seguía hablando, que
seguía comunicándose con palabras... La peluquería estaba cerca,
muy cerca. Cuándo cruzó el umbral y escuchó a su peluquera, a su Espeamiga decir: "Buenos
días primor, que guapa vienes hoy", se lleno su alma de
alegría;todavía existían personas que hablaban, te saludaban y te acompañaban con las palabras.
El mes de Mayo ya estaba mediado, cuando aquella mañana Olesmadre entró a nuestra habitación para despertarnos. Sólo nos llamó a Pamhermana y a mí, las demás podían seguir durmiendo. Nosotras teníamos un gran acontecimiento social que cumplir:íbamos a cantar en la procesión del Corpus. Y es que desde que yo recuerdo cantábamos en todos los eventos que acontecían en la escuela, sobre todo Panhermana, que tenía y tiene una bonita voz. Hacía ya varias semanas que nos habían elegido para acompañar con el coro dicho acto. En este coro Olesmadre había sido cantante solista durante muchos años, por lo tanto se esperaba de nosotras lo mejor.
fuente: archivo familiar
Para la ocasión, Olesmadre, nos había confeccionado unos vestidos muy bonitos. Y digo vestidos porque eran dos y totalmente iguales, idénticos. Pues siempre íbamos vestidas iguales, calzadas iguales, peinadas iguales... esta costumbre también se llevaba a cabo con mis hermanas mas pequeñas, y al final parecíamos cuatrillizas. Y así, cual gemelas nos presentamos en la cocina.
Olesmadre preparaba el desayuno a la vez que sacaba los platos del lavavajillas, y en eso estaba cuando mi hermana le dice: ¿Mamá, me puedes hacer una cola alta?, ella se secó las manos resopló un poco y acompañó a Panhermana al baño. Cuando regresaron a la cocina mi Olesmadre me pregunta: -¿Por qué no te has puesto el desayuno?, -tienes la leche caliente en el cazo, y ya estás grandeeeee reinaaaaa!!!...y en ese momento me di cuenta de que estaba bastante enfadada. Viendo que el panorama no estaba para muchas tonterías, decidí no contestar, y me dirigí a la hornilla para coger el cazo y ponerme el desayuno. Ya sentadas a la mesa de la cocina, desayunando, Panhermana y yo empezamos a tontear con la leche y con sus acompañantes habituales. Que si te pongo un trozo de galleta chupada en tu taza...que no me lo pones. Que si tu leche tiene nata... que no tiene, idiota... y fue entonces cuando empezó a darme un poco de asco tanta tontería sobre mi leche; pues a mí no me gustaba desayunar, pero cómo tenía que hacerlo, pues lo hacía a mi manera, es decir, con ganas de vomitar, con lágrimas en los ojos, con escalofríos y arcadas, muchas arcadas... un sinfín de historias para conseguir no tomarme la leche. Olesmadre que se estaba percatando de la situación, desde su posición nos gritó: ¡tomaos inmediatamente el desayuno, que vais a llegar tarde!. Lentamente me acerqué la taza a los labios, y mirando de reojo a Panhermana, vi que me observaba con ojos burlones, esperando que yo hiciera algún numerito para no tomarme la leche. En ese momento a mi me dio la risa, y toda la leche con colacao salió por mi nariz y por mi boca, y fue a parar a la falda de mi vestido nuevo... Olesmadre se acercó a la mesa, y cogiendo la taza de mi desayuno, se dirigió al fregadero y allí la estrelló. No hubo muchos gritos, ni tampoco muchos manotazos, si, muchos refranillos y sobre todo muchas lágrimas por mi parte pues entre otras cosas, ya no podía estrenar mi vestido nuevo.
Una hora más tarde allí estábamos... cola alta con un lazo blanco, jersey de manga corta azul celeste, rebeca de manga larga del mismo color, falda blanca plisada, calcetines de perlé blancos calados y zapatos blancos con pulserita al tobillo. No estrenamos vestido ese día. Pamhermana y yo, seguimos la procesión del Corpus como estaba previsto; con nuestras ramas de olivo en las manos y cantando al unísono el "Hosanna al Señor". La gente nos veía pasar tras el Altísimo y comentaban: "son las hijas de Olesmadre, las mayores... ¡qué guapas van!".Mi Olesmadre, desde la acera de casa, nos miraba orgullosa y sonriente:sus hijas mayores estaban cantando en la procesión de Corpus, y eso era un honor, un gran honor.Ellase sentía plena y satisfecha, sobre todo, por vernos tan guapas las dos iguales, las dos idénticas... cuasigemelas. Nos vemos y nos leemos pronto
Hace días que no os cuento nada y es que he estado
ocupada, muy ocupada. Veréis, mi hijo que vive muy lejos, ha venido
a verme y como es su costumbre me ha traído un regalo. Él es un
muchacho con un buen trabajo, una buena casa, una buena novia y una
buena paga... él es un buen muchacho rico; o eso creo yo, porque el
regalo que esta vez me ha traído es muy completo y tiene que costar
sus buenos dineros. Os voy a contar todo lo que hace: Saca fotos. Graba vídeos. Si voy de viaje, me dice a
que carretera tengo que dirigirme. Si quiero ver una calle de mi
pueblo, se la digo, y me la enseña. Si quiero ir al cine, me muestra
la cartelera y me compra las entradas. Si voy con mi Santo a cenar,
me cuenta en que restaurante cerca de casa puedo reservar. Puedo ver
las fotos de la casa de mi hijo y de su novia en el instante en que
las hace. Puedo pedir cita para el médico. Hacer la reserva de las
clases de pilates. Ver el tiempo que va a hacer mañana. Jugar al
ahorcado y ganarle a mi Santo. Ver una película y él un partido de
fútbol. Cerciorarme de como está el tráfico en la circunvalación.
También me cuenta cuanto me va a devolver hacienda. Me recuerda que
día es mi aniversario, (eso no me hace falta... yo me acuerdo), el
de mi vecina y también su cumpleaños. Puedo leer la prensa, incluso
las necrológicas. Ver el catálogo de ofertas del Carrefour.
Escuchar a la Jurado. Mirar si han ingresado la pensión de mi
Santo... Ah! y llamar por teléfono a mi hijo y verlo, todo a la vez. Y
todas estas cosas las hace cuando yo se le digo: "búscame la calle
fulanita", "qué peli ponen mañana en la primera","llama a mi hijo"... y sin entretenerse en
nada hace todo lo que le mando. En fin, que más que un regalo es un
tesoro. Y por eso he estado tan ocupada, pues he tenido que aprender
a darle ordenes a mi esmarfon y a entender todas las cosas que puede hacer.
Lo único que no me gusta es su nombre: se llama
SIRI, un nombre bastante feo; bien podía haberse llamado TERE o
incluso CHARI, así nos entenderíamos mejor... La verdad, sería más
cómodo.
No penséis que la caja metálica que me encontré el otro día junto al cajóndeloscables ha desaparecido, sigue aquí, en el salón presidiendo la mesa de centro, y proporcionando momentos divertidos e hilarantes. Y es que, como ya contaba en el post anterior, en cuestión de moda aquellos años dieron mucho de sí. Y si no que se lo pregunten a los chicos que tenían ventipocos en la época, porque si nosotras no teníamos desperdicio, ellos no se quedaban atrás;doy fe, pues tenía ejemplos por doquier a mi alrededor. ¡Madre mía! aquellas cazadoras que, al igual que las nuestras, marcaban los hombros con tres o cuatro tallas mayorde la requerida; y esos pantalones ajustaditos marcando lo innombrable y ciñendo cinturas altas, bien altas;o anchos hasta latitudes imposibles y con las mismas cinturas altas. Y no hablemos de las camisas, amplias y hermosas, con bolsillos gigantes y que se metían por dentro de pantalón para poder sujetarlas, y con unos estampados y unas telas babosas increíbles. Y cuando se trataba de vestir un traje, ahí estaban Sonny Crockett y su compiche para imitarlos, y para que las madres de la época pusieran el grito en el cielo, pues no entendían muy bien eso de la camiseta con la americana de traje.
Eso en cuanto a ropa se refiere, pues luego estaban los complementos, los peinados, los zapatos... y es que en aquellos años empezaron a verse los pendientes diminutos en las orejas de los chicos con sus respectivas rojeces, pues sufrían un montón haciendose los agujeros; y las cadenitas en los cuellos de las camisas, y los cinturones enormes con hebillas enormes, y los zapatos... los zapatos tenían suela de goma gorda, y todos ellos eran gordos. Y, por fin, iniciamos el capítulo peinados: esos pelos subidos en andamios de fijador con patillas recortadas y coletillas por detrás, o con flequillos espesos y laterales rapados, o aquellos que imitaban los de las chicas y se peinaban tipo Europe. Y como punto final, que no se me olviden las corbatitas, y lo digo en diminutivo, porque eran estrechas como culebras y largas muy largas... Cómo a nosotras, a ellos también los engañaron y sirvieron a la moda cual esclavos. Lo raro es que con esas pintas también ligaban, y como nosotras se sentían cómodos y modernos con esos trapos.
Buscando en el fondo del armario; intentando
encontrar el cable que tantas veces me pides, y que casi
nunca localizo; y aunque se halla en ese sitio mágico y
maravilloso, que según Hermanomío y Preciosa, se denomina
elcajóndeloscables, yo casi nunca doy con él.
Pues eso, que en mi
afán de encontrar el dichoso cable, me he tropezado con un gran tesoro:
una caja metálica con tapallena de fotografías
de nuestros veinte años. Y aparte de la nostalgia que el momento
requería, me ha divertido vernos con esas pintas, con esos pelos,
con esas ropas, esos zapatos... ese look, que decimos ahora, que
hacía que nuestras madres se llenaran la boca de :"¿donde vas
con esa faldichi?" o "¿has visto los pelos que llevas?"
o "¿porqué no te pones el vestido rosa que te regalé?", y entonces salíamos corriendo escaleras abajo intentando meter las
hombreras debajo del tirante del sujetador.
Esas hombreras con las que
crecían los hombros un par de tallas, y a la vez, por un efecto
óptico extraño, menguaban las caderas otro par de tallas; las había
de diferentes formas, las redondas, y las que te hacían el hombro
recto, en plan militar, (yo era fan de estas últimas). Y que me decís de las
cazadoras... ellas eran las reinas, te podías morir de frío, pero
quién no tuviera una cazadora no era nadie; grandes, anchas, y sí
además se abrochaban en diagonal eran la caña. Tampoco
se quedan atrás esos petos... en colores suaves, vaqueros, de pana;
en fin una prenda que hacía
que parecieras una tabla lisa y llana, pues era la antítesis de la
femineidad. Otra prenda estrella era la "faldapantalón":
por delante una falda muy mona, con su tablita o tablitas, y por
detrás un pantalón en toda regla. Y
las camisas abrochadas estilo monja, con su botoncitos dorados y mangas muy
anchas. Y también esos jerseys amarillos de punto ocho tallas mas grandes de lo necesario (¡que horror!). Pero lo mejor eran los peinados, esos pelos
llenos de laca y espuma; esos flequillos, que intentaban alcanzar
algo extraño que rondaba por encima de nuestras cabezas, tiesos y
disparados hacia el espacio exterior, ¡moníiiisimasss!. Y las
permanentes. Oh! las permanentes, con esos finísimos rizos que te
hacían parecer la mismísima hija del negro de Boney M, ¡un primor!.O
aquellos aros; aquellas ruedas de bicicleta que se enganchaban en
cualquier sitio haciéndote perder el equilibrio.Y es que todavía me pregunto como podiamos ligar con esos trapos...
Sin dejar de sonreír me he dirigido con la caja de
las fotografías al salón y he pensado en voz alta: ¿quién fue el
divino autor de tan nefasta moda?, ¿a quién se le ocurrió que las
mujeres estábamos guapas de semejante guisa?, ¿quién nos engaño
de esa manera? Nadie me ha contestado, (entre otras cosas porque
estaba sola), nadie ha sabido darme una explicación. Y es que a
pesar de todo, eso era moda, era tendencia y nosotros lo llevamos con
mucha alegría, creyéndonos
las mejor vestidas de la historia. Cómo ahora,
exactamente igual que
ahora...
Estoy situada a cinco mil setecientos setenta y nueve kilómetros al oeste de Madrid. Por mis calles respiran ocho millones doscientos cuarenta y cuatro mil novecientas personas, y cuatro de cada diez tiene una mascota, que también respira. Todas estas personas consumen tres millones setecientos ochenta mil litros de agua diarios. Mi avenida más larga tiene una longitud de treinta y tres kilómetros y su nombre "camino ancho"deriva del holandés: Avenida de Broadway. Uno de los edificios más famosos que han construido junto a mis aceras tiene seis mil quinientas ventanas, setenta y tres ascensores y produce cien toneladas de basura al mes: el Empire State. Tengo una plaza, Times Square, en la que Cocacola paga un millón de dólares al año por estar allí anunciada. En las inmediaciones de esta plaza existen diecisiete mil habitaciones de hotel. El poeta Willian Cullen Bryant propuso en 1844 crear un parque en unas tierras baldías, con especies arboréas diferentes;esta idea dió como resultado: "Central Park". Mis taxis son amarillos porque el fundador de la Yellow Cab Company, John Hertz, leyó un estudio en el que se indicaba que es el color mas fácil de divisar. La primera persona inmigrante que pisó mi tierra, fue una niña de quince años llamada Annie Moore; llegó el 1 de Enero de 1892 desde County Cork (Irlanda): "Soñadores con las manos vacías, que suspiran por tierras exóticas"; Ella Fitzgerald.
New York Day from motionkicker on Vimeo. En Septiembre de 1970 celebraron por mis calles y avenidasla primera maratón con un total de 127 participantes; en la de 2011, cruzaron la meta 47.323 corredores. En mis entrañas circula veloz el metro, que transporta al año milquinientos millones de personas. Mi Kilómetro 0, o milla 0, se encuentra en Columbus Circle. Mi museo mas famoso, el Metropolitan Museum of Art, alberga mas de dos millones de obras de arte y es visitado por más de seis millones de personas al año. Tiffany, la joyería más famosa del mundo, abrió sus puertas por primera vez en una de mis calles,y ese día hizo una caja de 4,98 dólares.Todos los 14 de Febrero, catorce parejas afortunadas, tienen el privilegio de casarse en la planta 86 del Empire State, haciendo un guiño a la romántica película "Tu y Yo"... En mi casa, si tu caminar es lento circula por el lado derecho de la acera. Si ves a una persona vestida de forma extraña, sigue caminando como si nada, aquí la moda no tiene límites. Si quieres un taxi, espera pacientemente a que un taxista te vea cuando alzes los brazos para llamarlo... aquí no se piden por teléfono. Todo esto y mucho más ocurre en mis calles, en mis avenidas, en mis parques, por mis aceras... Y yo altiva, bella, hospitalaria, romántica, solidaria, caótica, especial, curiosa, me levanto cada día y hago que mi corazón sea el centro del mundo. Por eso te insto a que me visites, porque caminando por mis calles, cómo Sinatra, te sentirás el Rey del Mundo, el Número Uno:
"NEW YORK, NEWYORK. I want to wake up in a city that never sleeps, and find i'm a number one, top of the list, king of the hill, a number one" Frank Sinatra.
Hoy es domingo. Hoy toca leer en paz. Escuchar música en modo placebo. Mirar al infinito sin ver nada. Pensar sin solucionar. Tumbarse en el sofá y no dormir. Hablar por teléfono y contar cosas sin importancia. Hacerse las uñas con colores estridentes...Hoy es domingo. Mañana será lunes: Día nuevo y por estrenar. Primer día de la semana, que sigue al domingo y precede al martes. Él que da paso a todos los demás. Él que nos lleva sin compasión al viernes. Lunes de Pasión en Semana Santa y de Pentecostés cada primavera. Es un "Lunes al sol" de Bardem; que puede hacer puente con el martes. Lunes de gasolina barata. "Lunes de aguas" en Salamanca con hornazos y campo. "Lunes" que Estopa cantaba. Lunes de luna llena que es la madre de tal día. Luna de lunes. Lunes de besos en la frente y al colegio. Lunes con sabor a sal y a sol del domingo. Lunes de saludar y sonreir; de desear buenos días. Lunes que puede ser viernes si tu quieres. Lunes de cumpleaños; de caricias fugaces de instituto. Lunes de pausas y treguas que nos dan los que mandan. Lunes de "Hoja del lunes". Lunes de lentejas; de dieta y deporte en primavera. Lunes de idas y despedidas. Lunes... Mañana con zapatos nuevos, la sonrisa esperanzada y los ojos llenos de sueño, enfretaremos un nuevo lunes; un día recién salido del horno de los días. Especial y único pues no lo viviremos nunca más. Será un lunes más con sus risas y sus sonrisas; y también con sus peros y desesperos. Un día más... un Lunes.
Princesallegó el sábado; y trajo consigo un aire nuevo al Reino que lo renueva y revoluciona. Viene sedienta de sol, de calor, de playita, de paseos, de amigas, de helados de "los italianos", de una caña con su tapa, de "voyaveralaabuela", de "quedarconlostitos", de "salimosjuntasdecompras"... en fin de todo lo que echa de menos en esepaís lejano en el que vive. Los que moramos aquí nos ajustamos a sus deseos, y la disfrutamos todo lo posible.
Cuando lleva aquí un par de días, comienza a recordar a los habitantantes del PaísLejano, y también suspira por ellos. Y es que ella es así, un poco contradictoria. Quizás sea por eso por lo que la queremos tanto. Pronto, de nuevo, se irá. Vaciará de ropa su armario; dejará impregnadas de cariño las paredes de su habitación y yo no abriré las ventanas para que dure su calor un ratito más. Princesa,cuando viene, es superfeliz durante unos días,y nosotros la acompañamos en esa gran felicidad.
El miércoles por la mañana dedico mi tiempo a Olesmadre; paseo con ella, vamos de compras, (unas veces por necesidad y otras por gusto), tomamos café y nos ponemos al día de todos los aconteceres de la semana. Hablamos de Hermanasiete, de Hermanacuatro, de Hermanomío... de las idas y venidas de todos y, además, le solucionamos la vida a cada uno de ellos. Quiero dejar claro que, como dice Preciosa, lo que hacemos no es Críticar, es Referir. Y así, Refiriendo, nos pasamos la mañana muy agusto. Unas veces paseamos por los centros comerciales, y otras por las calles vistosas de mi ciudad. Este miércoles, ha tocado C.C. (el del triángulito verde). Buscábamos unas toallas, pero hemos vuelto con las manos vacías porque eran bonitas pero de muy baja calidad. He dejado a Olesmadre en su casa y he conducido hasta el nuevo C.C. (¡Me encanta ese sitio!), allí, pensé, seguro que habrá toallas mejores. Dejé el conche en el parking, y me dirigí a la planta principal por la cuesta mecánica. Justo delante de mi, una madre y una hija. La primera de unos cincuenta, la segunda de mas o menos ventimuchos. Hablaban, se reían, se cogían las manos... Yo pensé: ¡que bien que se llevan!, ¡que bonito!. Con un poco de prisa las adelanté, pues quería poner unas lentejas para comer, no me daba tiempoy me apetecía ver las tiendas. Y seguí mi camino a la busca y captura de mis toallas. Entré en esa tienda de hogar que todos conocéis cuyo logo empieza por zeta, y me fui directa a los colores amarillos...(en esa tienda todo esta distribuído por colores). Solo llevaría allí unos cinco minutos cuando escucho voces a mi alrededor: -Primero la rosa, después la beig y al final la marrón. -No mamá, así queda ¡horrriiiibleee!. Primero la marrón, después la rosa y al final la beig. Así está divinoooooo...; yo no sabía muy bien que estaba pasando, pero la de ventimuchos gritaba cada vez mássss fuerte y le seguía cantando a su madre la misma letanía: "primero la marrón, después la rosa y al final la beig, (ella decía beeeggchchchc), así está divinoooooo...". Entonces, una de las dependientas se acerca ellas y les pregunta: -¿necesitan algo, les puedo ayudar?. La señora mayor le dice, acercandose mucho a su cara: "a que es mejor el orden que yo digo, primero la rosa, después la beig y al final la marrón". -Pues no sé señora, es cuestión de gustos-, dice la pobre dependienta; y en ese momento una mano se apodera de la manga de mi chaqueta de cuero y me traslada a mí al corrillo de las toallitas de marras. Y vuelta con la preguntita: "¿a que es mejor... bla, bla, bla?". Yo la verdad no sabía que contestarle, pues no entendía muy bien la coordinación de los colores, así que no respondí, me callé; craso error el mío, pues fue entonces cuando me enteré del motivo de dicho orden. Al oído, bajito, me contaba: "la rosa primero para el día de la ducha... la beig después para los días posteriores que no te duchas... y al final la marrón para los demás días que quedan hasta la siguiente ducha; es el orden que corresponde, ¿a que si?". Yo solo la observé ojiplática, solté las toallas amarillas, mire de reojo a la dependienta que alucinaba y me marché, ¡tenía prisa!... ¡aún no había puesto las lentejas!. Nos vemos y nos leemos pronto. Oles
Hay celebraciones que nos parecen ridículas, otras innecesarias y otras incluso, caducas. Sin embargo vivimos algunas que son maravillosas. Cuando se celebra el Amor, es fantástico ser cómplice de ese acontecimiento; formar parte de esa dicha que bulle en el interior de los protagonistas, hace que seas alguién del elenco de actores que lleva a cabo esa maravillosa película. En ese momento es cuando sientes que la felicidad ajena se convierte en tuya propia, y transmites los mejores sentimientos a todos los que te rodean. Esas vivencias ocurren algunas veces en la vida, y cuando suceden apenas te das cuenta. Solo echando la vista atrás tomas conciencia de lo vivido y sonríes mirando al infinito, rememorando, esas situaciones que hacen que parte de tu alma se emocione. Y entonces, no queda otra que ponerte a escribir lo mucho que te alegras de haber respirado todos esos momentos, y dar gracias a la existencia por todo lo ocurrido en esos instantes. Hoy, en el silencio de mi casa después de las vacaciones, escuchando una canción hermosa, he recordado algunas de esas situaciones... un beso después de un brindis... una mirada furtiva y cómplice después de una caricia... un "tequiero"... un "ereslomasbonito"; entonces me he dado cuenta de la suerte que tengo, de lo maravilloso que es amar,que me amen y que se amen los que están a mi alrededor.
¡Celebremos el Amor cada día, cada momento, cada instante...!, seguro que seremos mas felices.