El mes de Mayo ya estaba mediado, cuando aquella mañana Olesmadre entró a nuestra habitación para despertarnos. Sólo nos llamó a Pamhermana y a mí, las demás podían seguir durmiendo. Nosotras teníamos un gran acontecimiento social que cumplir: íbamos a cantar en la procesión del Corpus. Y es que desde que yo recuerdo cantábamos en todos los eventos que acontecían en la escuela, sobre todo Panhermana, que tenía y tiene una bonita voz. Hacía ya varias semanas que nos habían elegido para acompañar con el coro dicho acto. En este coro Olesmadre había sido cantante solista durante muchos años, por lo tanto se esperaba de nosotras lo mejor.
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fuente: archivo familiar |
Ya sentadas a la mesa de la cocina, desayunando, Panhermana y yo empezamos a tontear con la leche y con sus acompañantes habituales. Que si te pongo un trozo de galleta chupada en tu taza...que no me lo pones. Que si tu leche tiene nata... que no tiene, idiota... y fue entonces cuando empezó a darme un poco de asco tanta tontería sobre mi leche; pues a mí no me gustaba desayunar, pero cómo tenía que hacerlo, pues lo hacía a mi manera, es decir, con ganas de vomitar, con lágrimas en los ojos, con escalofríos y arcadas, muchas arcadas... un sinfín de historias para conseguir no tomarme la leche. Olesmadre que se estaba percatando de la situación, desde su posición nos gritó: ¡tomaos inmediatamente el desayuno, que vais a llegar tarde!. Lentamente me acerqué la taza a los labios, y mirando de reojo a Panhermana, vi que me observaba con ojos burlones, esperando que yo hiciera algún numerito para no tomarme la leche. En ese momento a mi me dio la risa, y toda la leche con colacao salió por mi nariz y por mi boca, y fue a parar a la falda de mi vestido nuevo... Olesmadre se acercó a la mesa, y cogiendo la taza de mi desayuno, se dirigió al fregadero y allí la estrelló. No hubo muchos gritos, ni tampoco muchos manotazos, si, muchos refranillos y sobre todo muchas lágrimas por mi parte pues entre otras cosas, ya no podía estrenar mi vestido nuevo.
Nos vemos y nos leemos pronto
Jajaja... Me imagino el enfado de Olesmadre cuando te tiraste el café encima, y tú llorando a lágrima viva para no recibir... Que güena historia
ResponderEliminarSi tú te la imaginas, es porque sabes como reaccionaba... Pero nunca te podrás imaginar el berrinche que se pilló. Y yo no paraba de llorar.
ResponderEliminarBonita historia y muy real !!!!!!.
ResponderEliminargloria
Y tan real, a mas de una nos ha pasado lo del colacao a que si?
ResponderEliminarya se yo, a quien se parecen otras dos piezas que tengo en casa...
EliminarEs normal, dicen que de casta le viene al galgo... Ya sabes lo que sigue no?... Me gusta verte por aquí. Besos;)
ResponderEliminarJajajaja....cómo recuerdo ese día!!! Meteduras de pata gloriosas que no se olvidan jamás, a pesar de los años. Y lo mejor...la solución y el resultado final...como otras muchas veces puede pasar en tu vida😄😄😄
ResponderEliminarAhora nos reímos, pero si te acuerdas, ese día lloramos mucho, al menos yo... Jajaja. Besos. Gracias por pasarte un ratito...
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