martes, 30 de abril de 2013

EL PLACER DE LA CONVERSACIÓN

Corría por la calle, sin edad para hacerlo pero corría. Si no se daba prisa no llegaría a tiempo a la parada del autobús, y éste ya había asomado su cara roja en lo alto de la calle; por eso corría, no quería llegar tarde a su cita. Era una cita con poca importancia, bueno, con toda la que se le quiera dar a una cita con su peluquera. Llegó a tiempo y el vehículo arrancó rumbo al centro. Apenas había recorrido unos metros, cuando una chica llamó a sus puertas abatibles, aprovechando que el autobús aún no había salido de la parada. Con la chica un carrito de bebe, con su bebe a bordo, claro. Era una mujer joven, morena, pelo largo, sonrisa perfecta y ojos oscuros como su pelo. Era, una chica guapa. Su bebe una niña de mas o menos un año, con rizos que le caían en la frente y una futura sonrisa de anuncios de potitos. La mamá, la morena, pago su billete y se dirigió a la zona reservada para los carritos de bebe. Sacó su móvil y se dispuso a escribir en él. En la siguiente parada un par de chicos jóvenes subieron al autobús. Uno de ellos, con los pantalones demasiado caídos para realizar la maniobra de subir al vehículo, maldijo al inventor del escalón. La gente se rió de la machada y el conductor arrancó sin hacerle mucho caso. Se sentaron frente a la Señoraquecorría, sacaron sus móviles y se dispusieron a escribir. La siguiente parada estaba muy concurrida, montaron al autobús: jóvenes de instituto, jubilados con progresivas, amas de casa con canas, un cura y dos chicasmonas con uñasmonas. De todos los mencionados anteriormente, mas del treinta por ciento sacaron sus móviles y se pusieron a escribir. En la siguiente parada nadie subió al autobús, y aunque el conductor abrió, amablemente las puertas para que la gente bajase, nadie bajó. Pero de pronto, Morena comenzó a gritar: ¡ábrame!, ¡ábrame!, que me bajo aquí... el conductor resignado paró de nuevo; ella se disculpó, y dijo: ¡perdón no me había dado cuenta, estaba con el guasaa!.
La siguiente parada ya estaba muy cercana al centro. En ella se subieron otras dos chicasmonas y un viudo. Esto se sabía por el fajín negro que llevaba en la manga de su chaqueta. De las tres personas que subieron al vehículo, cuándo este arrancó, dos sacaron sus móviles y se dispusieron a escribir. El autobús ya estaba lleno, pero paradógicamente en silencio. Solo se oían suaves tíntineos que realizaban los móviles de vez en cuando. Los dueños de esos móviles dibujaban sonrisas sin pudor y a veces reían, también, sin pudor. 
La Señoraquecorría miraba al infinito sin ver lo que tenía delante, solo estaba pendiente de los movimientos que realizaban los que manipulaban sus móviles. Miraba, con asombro, la velocidad con la que se pueden mover los pulgares a la hora de escribir en en móvil. Y el autobús en silencio. Un semáforo, dos semáforos... y la parada final, la parada del centro. La Señoraquecorría bajó veloz del autobús, quería comprobar que la gente de la calle seguía hablando, que seguía comunicándose con palabras... La peluquería estaba cerca, muy cerca. Cuándo cruzó el umbral y escuchó a su peluquera, a su Espeamiga decir: "Buenos días primor, que guapa vienes hoy", se lleno su alma de alegría; todavía existían personas que hablaban, te saludaban y te acompañaban con las palabras.

Nos vemos y nos leemos pronto.
 

6 comentarios:

  1. Pues sí a veces, el simple hecho de hablar ya es una rareza de las grandes en esta sociedad llena de obstáculos en las relaciones sociales. Es incrible la capacidad de antisociales que tiene esta sociedad, valga la redundancia. Un abrazp

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    1. Con la palabra se arreglarían muchas cosas... Por lo menos compartiríamos!!! Pero ahora estamos mas pendientes de las teclas, y estas, la verdad es que son muy impersonales.
      Gracias por visitar mi casa, siempre serás bienvenido. Besos
      Oles

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  2. Pues sí! Ese genial invento para acercarnos a los que tenemos lejos...se ha vuelto contra nosotros y nos impide comunicarnos con los que tenemos cerca...qué paradoja, no?

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  3. Si que es una gran paradoja. Tenemos que hacer lo posible para que sea un invento maravilloso

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  4. A mi lo que me hace gracia es el grupo que queda,están juntos pero solo físicamente porque cada uno está con su maquinita en otros temas con otra gente , entonces ¿para qué quedan?
    Besos
    C.

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    1. Pues eso digo yo, para que quedan?... Nosotros cuando quedamos, charlamos y reímos, y no sacamos las maquinitas de marras. Nosotros estamos con nosotros, como debe de ser. Besos, no sabes la alegría que me da verte por aquí.
      Oles

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Gracias por tu tiempo

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